El miedo y la emoción de viajar a un país desconocido, Rusia!

21/08/15 – 21/08/16  

por Fernanda Torres. Rusia 2015-2016(Español/English)

“nunca había sentido tanto miedo y emoción al mismo tiempo”

Hace exactamente un año, en estos momentos estaba en el aire. Volaba con destino a una nueva experiencia, viajaba destino a Rusia. Tomar la decisión de ir un año de intercambio a un lugar desconocido me había sido fácil, simplemente me mantenía positiva, pero la verdad era que ni siquiera estuve consciente de lo que había decidido, en lo que me había metido, hasta que tuve más de 12 horas sola de un aeropuerto a otro. Fueron bastantes horas las que pasé en avión, las suficientes para repasar una y otra, y otra vez hasta el cansancio lo que estaba ocurriendo. Ocurría que mientras yo sólo estaba sentada, estaba cruzando el mundo, sola, sin la más mínima idea de qué me esperaba. El avión aterrizó en Moscú y juro que nunca había sentido tanto miedo y emoción al mismo tiempo.

“me quité muchos miedos, aprendí a no depender mucho de la gente, pero lo más importante para mí fue el haber sentido la felicidad..”

Muy a menudo la gente me pregunta “¿Cómo te fue?”. Creo yo que en 10 meses pueden pasar muchas cosas. Yo no puedo decir que me fue bien porque sé que hubo muchos días en los que me sentí frustrada y acabada, sola. Considero que fue el año más difícil de mi vida porque adaptarse a una nueva cultura no es fácil. Tampoco puedo decir que me fue mal porque viví cosas increíbles, conocí gente que cambió mi vida, me quité muchos miedos, aprendí a no depender mucho de la gente, pero lo más importante para mí fue el haber sentido la felicidad de la manera más genuina en la que puede llegar: con amistad.

Puedes irte a cualquier parte del mundo, no importa el país que elijas, y siempre podrás encontrar el tesoro de la amistad. Ya sean o no nativos, siempre encontrarás a alguien.
Yo tuve suerte, en mi camino me topé con más de 100 intercambistas que eligieron el mismo país que yo. Indonesia, Italia, Francia, España, Alemania, Brasil, Argentina, Hong Kong, Hungría, Tailandia, Noruega, Estados Unidos, Venezuela, y muchos países más que antes solo eran eso, países, y que ahora son lugares donde se encuentra una parte de mi corazón.

Hoy hace un año no sabía que estaba a escasas horas de conocer a tantas personas que cambiarían mi vida, que me harían feliz, que me harían reír hasta no poder respirar, que me harían querer bailar, querer cantar, actuar de manera ridícula sin que importara lo que los demás pensaran, que haría cosas que jamás pensé que podía. No imaginaba que con ellos pasaría más de 12 horas en un tren y no me sentiría aburrida, que cantaríamos de estación en estación con un ukulele y un bote vacío de Pringles sentados en un círculo en el piso y la gente nos grabaría y aplaudiría.

Siempre digo que fue hasta ahora el año más feliz y triste de mi vida. El sentido de pertenencia que sentía con la cultura, mis amigos, mis compañeros, mi familia era grandioso, me hacia fuerte.  La atmósfera que teníamos era indescriptible, cada quien era especial y único a su manera. Se sentía como estar dentro de una burbuja de felicidad, energía y buenas vibras. Nunca en mi vida me había sentido con tanta seguridad de ser yo misma sin pretender nada. Yo siempre les agradecí porque pensaba que ellos me habían hecho cambiar, pero hoy entiendo que no me hicieron cambiar, ellos me ayudaron a encontrar a quién realmente soy.

Llevo en el corazón tantas cosas que pesan un poco, como todos esos adioses que intercambié, todos esos últimos abrazos llenos de dolor, anhelo y cariño, esos llantos, por esas miradas llenas de lágrimas que se convirtieron en lo último que vi, esas últimas palabras. Duelen. Sin embargo, alguien me enseñó que no debo estar triste porque terminó, que así es la vida, y que debo estar feliz porque pasó, que el hecho de que doliera tanto era porque de verdad había válido la pena, una sensación así como cuando ríes tanto que duele el estómago.

“La única persona que decide mis límites soy yo “

Como mencioné antes, adaptarse a una nueva cultura no es nada fácil. Por esa razón quisiera aprovechar para expresar mi gratitud a Cima Capacitación Intercultural por el apoyo que recibí previo a mi año en el extranjero. Yo no imaginaba el nivel en que todos esas actividades y platicas me prepararían para lo que viví y, de alguna manera, siento que mi intercambio no hubiera sido el mismo sin la preparación que me brindaron psicológicamente. ¡Gracias por todo Caty!

Viaja, estudia, aprende, vive con Cima Capacitación Intercultural 

Contacto

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Today exactly one year ago, at this time time I was in the air. I was flying to a new experience, I was on my way to Russia. Taking the decision of going on an exchange year to an unknown place was easy for me, I was simply keeping positive, but the truth is that I wasn’t even aware of what I had decided until I had more than 12 hours by myself from one airport to another. The hours I spent on the plane were many, enough to overthink what was happening. In fact I was sitting while going across the world, alone, without an idea of what to expect. The plane landed in Moscow and I swear I had never felt so so scared and so excited at the same time.

“I had never felt so so scared and so excited at the same time.”

Very often people ask “How was your time in Russia?”. I believe that in 10 months a lot of things can happen. I cannot say that it was fine because I know there were many days where I was feeling frustrated and done, alone. I consider it was the hardest year of my life so far because adapting to a new culture is not easy at all. But I as well cannot say that it was bad because I lived incredible things, I met people who changed my life, I stopped being afraid, I learned not to depend so much on others, but the most important for me was that I felt happiness in its more genuine form: friendship.

You can go anywhere of this world, it doesn’t matter which country you choose, and you will always be able to find the treasure of friend. Let them be natives or not, but you will always find someone. I was lucky, on my way I found more than a 100 exchange students that picked the same country I did. Indonesia, Italy, France, Spain, Germany, Brazil, Argentina, Hong Kong, Hungary, Thailand, Norway, USA, Venezuela, and many other countries that before, they were just that, countries, and now they are places where a part of my heart belongs.

“I learned not to depend so much on others, but the most important for me was that I felt happiness in its more genuine form: friendship.”

Today one year ago I didnt know that within a few hours I would meet so many peoole who would change my life, who would make me happy, who would make me laugh until I couldn’t breathe, who would make me dance all the time, who would make me sing, act ridiculously without caring about what people think, who would give me the courage to do things I never thought I would and could. I didn’t imagine that I would spend more than 12 hours by train with these people without feeling bored, that we would sing from one station to another sitting in a circle on the floor with an ukelele and an empty pot of Pringles and people would be filming and cheering us.

I always say that it was the happiest and saddest year of my life until now. I never felt that I belonged somewhere so strong as I did with Rusia, my new culture, my friends, my classmates and family. The atmosphere that we had was indescribable, each of of us was special and unique in a way. It felt like being inside a bubble full of happiness, energy and good vibes. Never before I felt with so mu much confidence, the confidence of being myself without pretending anything. I always thanked them because I thought they made me change, but today I understand that they didn’t make me change, the helped me to find the person that I really am.

I carry inside my heart things that make it feel a little bit heavy, like all those goodbyes we said, all those last hugs full of pain, logning and love, all those cries, all those eyes full of tears that became the last thing I saw, all those last words. They hurt. However, someone told me once that I should not be sad, that’s how life is, and that instead I should be happy because it happened, that the fact it hurts that much is because it truly was worth it, a feeling like when you laugh so much that your stomach hurts.

As I mentioned before, adapting to a new culture is not easy. That is why I would like yo express my gratitude to Cima Capacitación Intercultural for the support that I received before my year abroad. I didn’t imagine the way all those activities and talks would prepare me for what I lived and somehow I feel like my exchange year would not have been the same without the preparation that they gave me psychologically. Thanks for all Caty!

СПАСИБО АФС,
Королева Казани